Mi primer caqui lo comí con treinta años, de manera que llevo algo más de diez comiendo cada otoño y casi a diario una de mis frutas preferidas. Claro, que una cosa es un caqui recién cogido del árbol, y otra muy diferente un caqui maduro. Cuando un caqui no está maduro, aparte de no ofrecer todo el nivel de dulzor que puede llegar a dar, nos puede dejar la boca con esa desagradable sensación de tener un corcho en la boca. Es lo que se conoce como astringencia.
Por eso, si compramos caquis que no están en su punto (por verdes o por duros), tenemos que dejar pasar unos días hasta que maduren, aunque este proceso se puede acortar empleando un viejo truco. Puede que hayas oído a alguien hablando sobre como madurar caquis con coñac, aunque en realidad no es el coñac el que nos va a ayudar, sino el alcohol del coñac y de cualquier otra bebida que contenga un elevado nivel de alcohol.

El truco de madurar caquis con alcohol
El truco para madurar los caquis es bien sencillo. Se trata de meter los caquis en una olla que podamos cerrar lo más herméticamente posible, junto con un vasito de cualquier bebida con una alta graduación alcohólica.
De esta forma, los caquis estarán maduros en un plazo de tiempo menor que si los dejamos tal cual al aire libre, aunque no podemos esperar que estén para comer al día siguiente. Hasta el quinto día no recomiendo abrir la olla, aunque lo normal es que tengamos los caquis maduros a los 8 días, aproximadamente. De lo contrario, la maduración del caqui fuera del árbol puede prolongarse durante varias semanas.
Como digo, el agente que nos permite acelerar la maduración de los caquis no es el coñac, el anís, el whisky, el aguardiente, o lo que queramos usar, sino el alcohol contenido en éstos. Por eso, si queremos, podemos echar directamente alcohol 96º en el vaso.
Como soy una especie de devorador de caquis desde que los conocí, conozco este truco desde que tuve la mala suerte de comerme un caqui inmaduro, pero una tarde me llevé la sorpresa de recibir un mensaje mágico de mi amiga Lurdes narrándome este mismo truco que le acababa de contar su madre. Por eso, lo que debería ser una explicación clara y concisa sobre cómo madurar los caquis cuando éstos aún están duros, se va a convertir en eso y en un pequeño homenaje a tres niñas de un mismo palo -la madre, la hija y la nieta- por las que siento devoción, y que están presentes en este maravilloso testimonio acústico:
Sí, Vera, a Ricardo le gustan los caquis (los caquis maduros no me duran mucho en el frutero, y a los caquis inmaduros los confino con alcohol para hacerles la espera más corta y llevadera), y por eso en parte es el naranja el color de Ricocina; pero me gustan muchísimo más tus cachetes coloraos y los de tu madre, así es que tened mucho cuidado conmigo las noches de luna llena.
Por cierto, valga el ejemplo del mensaje de Lurdes y compañía con el truco para madurar los caquis para invitar a cualquiera que lo desee a mandarme sus mensajes de voz o, en su defecto, sus comentarios con los consejos, sugerencias, una invitación a cenar en un restaurante de cinco tenedores, o cualquier otra cosa relacionada con la cocina y la gastronomía en general.