Una rica bechamel con espinacas al vapor, nueces, pasas, sésamo, salchichón ibérico, queso y huevo… ¡y a gratinar!
Ingredientes para hacer espinacas con bechamel (4 personas)
Para hacer las espinacas con bechamel vamos a usar pocos ingredientes y bien sencillos, aunque podemos complicar las cosas tanto como queramos. Yo nunca (o casi nunca) interpreto una receta de la misma manera.
- 400 gr. de espinacas
- 100 gr. de nueces sin cáscara
- 30 gr. de uvas pasas
- 24 rodajas de salchichón ibérico
- 75 gr. de queso semicurado rallado
- 4 huevos
- Sal
Para la bechamel
- 80 gr. de mantequilla
- 120 gr. de harina de trigo
- 700 ml. de leche
- Nuez moscada
- Pimienta negra
- Sal
Cómo hacer espinacas con bechamel y huevo gratinadas al horno
Aunque aludamos al horno en el nombre de la receta, en realidad, éste sólo lo vamos a usar para gratinar el queso y hacer los huevos, la clara por un lado y la yema por otro, para que queden perfectos. El resto del proceso de elaboración de las espinacas con bechamel gratinadas tiene lugar en cazuela, y no nos va a llevar mucho tiempo. Eso sí, para montar los platos, como si de una lasaña se tratara, os recomiendo usar cazuelitas de barro o de cristal individuales como las de más abajo, porque las espinacas con bechamel son demasiado inconsistentes para viajar luego de la bandeja a los platos.
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- Antes de nada, lavamos, escurrimos, y ponemos las espinacas en un cocedor al vapor (si quieres, puedes cocerlas en agua, como se ha hecho siempre), tapamos y las dejamos unos 8 minutos, o hasta que estén blandas.
- Mientras, hacemos la bechamel en una cazuela. Cuando expliqué cómo hacer bechamel sin grumos y rápido, aludí a unas proporciones con las que se consigue una bechamel ligera, la perfecta para cubrir y gratinar. En este caso necesitamos darle un poco más de consistencia, pero el proceso es el mismo: deshacemos la mantequilla, añadimos la harina, la mezclamos con la mantequilla, y dejamos que de dore unos minutos, removiendo. Luego, añadimos la leche caliente (humeando) en tandas mientras removemos con las varillas, echamos la sal, la nuez moscada y la pimienta al gusto, y en 4 ó 5 minutos la tenemos.
- Dejamos reposar la bechamel antes de añadir las espinacas (las podemos cortar antes para que nadie se encuentre luego hebras grandes en la boca), las nueces y las pasas.
- Repartimos la mezcla en los recipientes individuales para horno. Echamos queso semicurado rallado por encima de cada recipiente, y pinchamos las rodajas de salchichón ibérico con más estilo que yo, a ser posible.
- Precalentamos el horno a 190ºC, y mientras coge temperatura, separamos las yemas de las claras y, de momento, echamos sólo las claras en los recipientes (una por plato, claro). Reservamos las yemas.
- Cuando salte el termostato, metemos los recipientes con las espinacas con bechamel, el queso, el salchichón y las claras por encima, seleccionamos la «función gratinar», y lo dejamos 8 minutos, o hasta que las claras estén blancas.
- Sacamos los recipientes del horno y, con cuidado de no quemarnos, añadimos las yemas con cuidado de no romperlas (una en cada cazuelita), echamos unas escamas de sal por encima de éstas, volvemos a meterlos en el horno, y en dos minutos tenemos la comida lista.
🕒 Tiempo de preparación
🕒 Tiempo de cocinado
🍳 Utensilios necesarios
Aquí puedes ver varias imágenes de la elaboración de la receta de espinacas con bechamel paso a paso, por si te ayudan a entender el proceso, aunque ya has visto que es de nivel cenutrio superior, cuyo título poseo.
¿Quieres saber más sobre la receta de las espinacas con bechamel? ¡Aquí van algunos incisos!
Siempre me gusta hacer incisos, soy así de pesado, aunque no obligo a nadie a leer esto. Como siempre digo, la cocina es cosa de detalles, igual que la vida, y muchos detalles hacen un todo. En el caso de las espinacas con bechamel y huevo gratinadas al horno, hay sólo un par de cosas que quiero decir. Bueno, tres.
- En primer lugar, si te estás preguntando por qué recomiendo añadir las claras primero, y luego las yemas, por separado, con la «complicación» que eso supone, es porque nunca has hecho un huevo al horno, o porque, directamente, te gustan las yemas duras. Pero si eres de mojar con pan en las yemas, como mandan los cánones (y el punto de horno les da un sabor muy especial), tienes que saber que las claras necesitan más tiempo que las yemas para hacerse al horno, así es que tenemos que hacerlo como explico.
- En segundo lugar, como he comentado ya, las espinacas con bechamel quedan bastante poco consistentes, y aunque conseguiremos darle mayor fuerza con una bechamel «fuerte» como la que he explicado, uno puede llegar a dudar si comérselas con tenedor o con cuchara. Si quieres darles más tono a las espinacas con bechamel con huevo, una vez las tengas hechas y gratinadas, puedes dejar que se enfríen (e incluso taparlas bien de esta manera y guardarlas en el frigorífico un día o dos), y proceder con el huevo al horno cuando toque comerlas, o directamente, dejarlas a temperatura ambiente una hora y colocarles un huevo frito por encima en el momento de servir. Es una buena opción para los que cocinan por las noches la comida del día siguiente.
- Por último, yo sé que todo lo que lleva horno se debe evitar en verano, pero a veces uno está de antojo y tiene que buscarse recursos. Pues bien, esos intrépidos que viven la vida al límite y quieren tener su ración de espinacas con bechamel a toda costa, en plena canícula si es preciso, se pueden plantear eso que decía de cocinar por la noche o muy de mañana (yo soy más de la segunda opción), y gratinar el queso con el microondas, el que tenga un microondas con gratinador, o en una freidora sin aceite (molde a molde, eso sí).
Otras recetas con espinacas que recomiendo
Que no, que las espinacas no tienen tanto hierro como se pensaba Popeye; todo vino de un error en las anotaciones de un químico alemán allá por 1870, Erich von Wolf, que en vez de anotar 0,35 mg. por cada 100 gramos, escribió 3,5 gramos, y todos los médicos de la época empezaron a mandar espinacas a quienes andaban flojos de hierro.
El caso es que puede que aquel error diera popularidad a una verdura que, de lo contrario, tal vez no tendría tanta presencia en nuestros recetarios. A los niños les cuesta entrar la mayoría de las veces, pero una vez que se hacen amigos, y se les convence de que el increíble Hulk «se jarta» de comerlas y por eso está tan verde y tan fuerte, la cosa empieza a cambiar, y en algunos casos se convierte en pasión. Alguno habrá incluso que tenga alguna receta con espinacas, o las mismísimas espinacas con bechamel, como plato favorito desde la infancia, y su madre se las haya hecho siempre, sin faltar, cada día de su cumpleaños. ¡Seguro que sí!
Bueno, pero todo esto viene a cuento porque os quería recomendar otra receta con espinacas, por si las pasiones, y la primera que se me viene a la mente es una quiche de espinacas que solía comer a menudo en Francia en el tiempo que estuve allí. Para ilustrarla, he encontrado una versión de esta receta de Emilie, de Aime et Mange («Amo y Como»), que me sirve también para recomendaros esta interesante web de recetas con acento francés. ¡Ahí va la quiche de espinacas de Emile!
Música para escuchar mientras cocinas tus espinacas con bechamel
Hay canciones que da igual si las pones por la mañana, por la noche, o de madrugada. Pueden incluso sonar en tus sueños, cuando vives sin un Sol sobre tu cabeza o bajo tus pies marcándote los tiempos, y te van a caer bien. A mí, este tema de David Otero (que, por causas y azares, no vio la luz cuando fue creado en sus años en «El canto del loco») interpretado a dúo con Taburete, me cae siempre encima como lluvia fresca, porque yo soy más perro que gato y me encanta correr cuando llueve, sobre todo si llueve a cántaros, aunque no sé muy bien explicar por qué (como tantas cosas).
Si te mueres de amor por la receta de las espinacas con bechamel, aprovecha y póntela… una vez más. Sentirás que habrás ganado por haberla conocido 🧡.
INFO: precios actualizados por última vez el 2023-10-02